sábado, 30 de enero de 2010
Nota realizada por AGENCIANAN el miercoles 27 de Enero
Javier Pereyra y Sheila Rosenzveig gastaron los mil mensajitos gratis y váyase a saber cuántas tarjetas de celular en piropos y observaciones sobre los sueños, los trenes y los bares. Luego los juntaron, pidieron a artistas amigos que dibujaran y reflexionaran esos diálogos y publicaron todo en Poesía celular. "Utilizamos esa herramienta masiva y le dimos una vuelta a lo más humano", contaron.
Por Nahuel Lag
Fotografía de Mariana Seghezzo
Buenos Aires, enero 27 (Agencia NAN-2010).- Empezó como mil historias, pero al revés que mil libros. “El libro ya estaba hecho, lo que teníamos que hacer era ordenarlo”, explicó Javier Pereyra en diálogo con Agencia NAN. Él y Sheila Rosenzveig se conocieron en la Facultad de Psicología y comenzaron su noviazgo en 2005. Potenciados por los primeros calores y los mil mensajes gratis de celular que les ofreció un amigo, comenzaron a “mensajearse” para achicar las distancias y el tiempo que los mantenían separados, y de a poco los mensajes tomaron otro vuelo más allá de un simple “estoy llegando” o un “besos, mi amor”. Entonces, “fueron más allá de los personal: se produjo una creación artística”, indicó Javier. “¿Borrar mensaje?”, se leía en la pantalla de algunos de los celulares de la pareja. “Nos pasó que no queríamos perderlos, queríamos tenerlos vivos en algún lado. Si los borro, se muere”, recordó ella. Una vez que el evitar borrar se transformó en la trascripción de 80 páginas de texto guardadas en una computadora, comenzó la historia de Poesía celular.
Con sus Nokia 1100 sobre la mesa, nadie puede pensar en Sheila y Javier como unos “tecnochicos”, algo de lo que ellos también reniegan y aseguran que prefieren lo “tangible, lo que se puede intercambiar”. Entonces, ¿por qué un libro hecho de mensajes de celular? “Él vivía en Luján. Entonces, nos veíamos menos de lo que una pareja convencional suele verse. Sin quererlo, nuestro modo de encontrarnos terminó siendo a través de mensajes diferentes. Más técnica o menos, lo artístico tiene que ver con lo que se siente. Tenía la necesidad de transmitirle sentimientos y escribirlos”, explicó Sheila los inicios del material hoy editado.
Por eso, “El encuentro” es el nombre del primer capítulo que ordena la espontaneidad de los mensajes, que le da guión a una catarata de mensajes entre 2005 y 2008. “Primero pensamos ordenarlo cronológicamente, pero después comenzamos a ver que había temas que se cruzaban: “Instantáneas de la calle”, “Trenes”, “Cuentos”, “Colectivos” y “Sueños” son las otras carpetas en las que guardaron y acomodaron la historia en la que la pareja no es la única involucrada.
“Quizá yo tenía una hora de viaje en colectivo y una idea que me daba vueltas en la cabeza. La escribía y se la mandaba a los contactos que aparecían: vaya a saber dónde estaban y qué hacían esas personas cuando la recibían. Pero comenzaba a recepcionar una diversidad de miradas distintas sobre una misma idea”, continúa rearmando el contenido del libro Sheila.
Antes de transformarse en libro, los mensajes llegaban como instalación literaria, cuenta la pareja mensajera. “Seleccionábamos algunas partes de lo que aún no era ni un proyecto de libro, convocábamos a otros artistas y amigos. Y como tuvo buena recepción, nos motivó a pensar en algo más”.
Había llegado el momento de pensar el material de otra manera. “A la hora de realizar el libro editamos aquellos mensajes que no eran para compartir con todo el mundo. Lo que está es porque, en un punto, no es nuestro sino que también puede generar sentimientos en los demás”, resaltó Javier. Pero además de evitar la privacidad como reality show, Sheila subrayó que más allá de que son ellos los propios protagonistas del libro “también somos esos otros que nos leen. Una vez que se entra en la trama del libro y el andar de los capítulos, olvidamos que esos nombres nos pertenecen”. “Sheila y Javier están en el libro, son parte y son otros”, resumió Javier en un tono casi futbolero (hablando en tercera persona de sí mismo).
-- ¿Qué fue lo que los motivo a publicar ese hecho artístico que se dio en el intercambio de mensajes?
Javier Pereyra: -- Tiene que ver con promover y dar difusión a lo propio. Muchas personas producen arte y queda entre amigos, en un circuito cerrado. Este libro impulsa esos circuitos cerrados y abre una nueva dimensión. Esa que se abría cuando le enviaba un mensaje a un amigo que pensaba que no le iba a dar bola, un tipo "cero literario", y recibía una respuesta que me dejaba pensando: "¡la pucha, se lo tenía guardado!”. Además, permite demostrar que en lo cotidiano hay mucha poesía, que no es terreno exclusivo de los intelectuales. Si un Cortázar inhabilita a un nuevo escritor, estamos en problemas. El arte debe ser una invitación a producir, a crear en el nivel que sea.
-- ¿Se puede correr el celular del aparato de consumo masivo y transformarlo en herramienta arte?
Sheila Rosenzveig: -- El celular no está pensado para darle un uso artístico, masivamente no se utiliza para ese tipo de expresiones. Es un límite delicado entre las nuevas tecnologías para "estar más comunicados" en un mundo cada vez más fragmentado y las herramientas con las que se puede construir nuevos espacios de expresión. Sin buscarlo, utilizamos esa herramienta masiva y le dimos una vuelta a lo más humano para enviar mensajes amorosos, oscuros, bizarros. Lo que se siente y se desea transmitir a otro en un momento determinado.
El ida y vuelta de los mensajes también tuvo uno para la producción del libro. “Les dimos las copias de los libros a otros artistas amigos, ellos se los llevaron a su casa, lo reflexionaron y después realizaron su aporte”, apuntó Sheila sobre los textos de interpretación, las poesías que agregan más sentido a la poética de los mensajes y los dibujos que ilustran capítulos y fragmentos. Los artistas invitados fueron desde psicólogos (como Javier y Sheila, que consideran a su profesión un arte) hasta un poeta integrante del grupo La Colifata del Hospital Neuropsiquiátrico Borda.
Entre esos aportes no faltaron las reflexiones sobre si el libro no es muy “personal”, si está bien escribir a partir de mensajes de un aparato que resalta más el consumo que la comunicación y, cómo no, la ortografía, el respeto o no de la sintaxis propia del aparatito más vendido de la historia. “La idea era que el lector pudiera entender lo que queríamos transmitir respetando la espontaneidad lo mayor posible. Los ‘xq’ quedaron, pero las faltas de ortografía podían generar un cambio de sentido en la lectura”.
-- El libro es como un diario de viaje pero en lo urbano, un diario íntimo, ¿un nuevo estilo de poesía?
J.P.: -- Nos hablaron de cómo nominarlo, pero el título no es más que un nombre. ¿Es un libro de poesía? Es un libro poético. También romántico, porque está exacerbado lo emocional. Pero no intentamos creer nada nuevo.
S.R.: -- Buscamos construir puentes, encuentros ligados a la distancia, el tiempo, la creación y lo cotidiano. Un concepto cerrado no hay, pero se está construyendo.
-- ¿En qué momentos se puede hacer poesía celular?
S.R.: -- El capítulo “Instantáneas de la calle” es un ejemplo. Estás en un bar y hay situaciones que te invitan a relatarlas, tienen que llamarte… En ese momento, tenés tiempo para estar receptiva de la situación. Entonces, escribís lo que está pasando. Son como fotografías narradas, lo que ves en la calle se vuelve relato.
Blog: http://poesiaxcelular.blogspot.com/
Sección: Artículos
martes, 19 de enero de 2010
Poesía Celular en "Zoológico de Poetas"
No conformes con haber molestado bastante, esta horda de poetas desalineados ha decidido autoconvocarse para compartir una vez más, la poesía, la música, los amigos, el vino, el taxi, el boleto del bondi, las desgracias, el cepillo de dientes, el esmalte de uñas, la guitarra, el quenacho en RE... y alguna que otra chuchería que haya quedado en el saldo del merchandising de la última campaña política de cualquier ideología, país o religión (total "adentro" se mezcla todo)... pero eso sí: "miti & miti"
La cosa es que ahora se nos dió por orientalizarnos. ¡No, "Nenita de Puán"! No hablamos de: Li Po. ¡No, Guachín! No hablamos de: Basho! Hablamos de: Marosa, Idea, Juan Carlos, Saúl,.... (No Carlos Saúl! Va de retro Satanás!) Yamandú, Isidore... y tantos otros etcéteras.
Para empezar, Marcelo "Córdoba" Louzao y Leandro "Almafuerte" Bianco van a interpretar música argento-charrua (mientras empezamos a discutir como se hace el verdadero "medio y medio" Yorugua)
Luego insistiremos con poesía de la otra Banda y alguna que otra cosita nuestra (mientras empezamos a degustar los primeros "medio y medio" que se hayan preparado, hic!)
Al rato nomás te endulzamos los oídos con más música (aún no nos abandonan "los espinosos" Nico y Valeria).
Después, cuando entre dos no puedan hacer el "4" ni el 7 (bueno, sí, eso se charla corazón...) y los controles de la pandemia naturista nos envíen al cadalso, volveremos, y seremos sillones, cientos de banquetas de tres patas, para subir a las tablas con más y más, más poesía... siempre...
¿¿¿COMO QUE NO VAS A TRAER TUS POEMAS PARA LEER????
"Zoológico de poetas"
miércoles
20 de enero
21 hs
en
"El Empujón del Diablo"
Angel Carranza 1969
Palermo
BUENOS AIRES-ARGENTINA
Entrada libre y gratuita - micrófono abierto
Elenco estable (por decirlo de alguna manera): Cony Banús, Ignacio Osorio, Héctor Urruspuru (leyendo a los grandes de la literatura mundial) y Esteban Charpentier ("cuando venga",ya lo saben)
Con la coparticipación de: Flavio Crescenzi, Daniela Scagliola, Chicho Decima, Anselmo Maciel, y esas sorpresas maravillosas que traen la noche hasta las orillas de nuestro desconcierto
Te esperamos en el zoológico de poetas...